ME VOY A LA CAMA
Escrito por MARTA DÍEZ, asesora en descanso
– 6 noviembre, 2023 –
Muchos padres se preguntan cuándo es el mejor momento para que su bebé empiece a utilizar almohada, pero lo cierto es que no hay ninguna prisa para incorporarla.
En este artículo veremos por qué es necesario evitar el uso de almohadas antes de los 2 años, cuándo es el mejor momento para empezar y también cuáles deben ser su características.
Motivos o riesgos para evitar la almohada antes de los 2 años
Aunque se trate de las mejores almohadas del mercado, los expertos aconsejan que los niños menores de 2 años duerman sin ella. Esto mejorará la calidad del sueño de tu bebé y contribuirá a un correcto desarrollo.
¿Qué pasa si mi bebé duerme con almohada antes de los 2 años?
El uso de almohadas en bebés demasiado pronto puede plantear varios riesgos para su seguridad y bienestar. Estas son algunas de las preocupaciones asociadas con el uso prematuro de almohadas:
1. Riesgo de asfixia
Una almohada puede obstruir las vías respiratorias aumentando el riesgo de asfixia, teniendo en cuenta que los bebés tienen una capacidad limitada para moverse y alejarse de ella si les oprime mientras duermen.
2. Aumento de la temperatura corporal.
Las almohadas pueden acumular el calor corporal y aumentar la temperatura del bebé mientras duerme. Esto puede ser especialmente preocupante en zonas de veranos intensos o en habitaciones muy calefactadas.
3. Problemas posturales y de desarrollo.
Las almohadas, aunque sean muy bajas, alteran la posición natural de la cabeza y el cuello del bebé si está recostado. Esto podría provocar problemas como la plagiocefalia posicional (aplanamiento de la cabeza) o la tortícolis (rigidez en el cuello).
¿Qué pasa si mi bebé duerme sin almohada?
Los bebés pueden dormir sin almohada hasta una edad bien avanzada sin sentirse incómodos. De hecho, como hemos visto, para la mayoría de los niños pequeños, dormir sin almohada es la opción más recomendada.
Estos son algunos aspectos clave a considerar para mejorar el descanso de tu bebé:
- Dormir boca arriba es la postura más segura de sueño.
- Utilizar colchones de firmeza alta específicos para ellos.
- Evita objetos en la cuna que puedan interferir en la respiración del bebé, como almohadas, peluches o mantas demasiado amplias.
- Consulta con tu profesional médico o pediatra si tienes más dudas.
¿Cuándo puede dormir con almohada un bebé?
A partir de los 2 años, un niño ya tiene capacidad suficiente para cambiar de posición por sí mismo durante el sueño. Sin embargo, no existe una fecha exacta en la que se deba introducir una almohada, y su uso puede aplazarse hasta los 3 o 4 años sin que esto cause ningún problema en su desarrollo.
Es importante tener en cuenta que cada bebé es único, y puede haber casos en los que se recomiende la introducción de una almohada antes de la edad recomendada por razones médicas o de desarrollo. Si crees que tu hijo necesita dormir con almohada, consulta con tu pediatra para obtener orientación personalizada.
¿Cómo debe ser la almohada de un bebé?
Cuando se trata de elegir una almohada para bebés, es necesario garantizar la comodidad y la seguridad durante el sueño.
Estas son las características esenciales que debe tener la almohada de un bebé:
1. Tamaño y grosor
La almohada debe ser lo suficientemente pequeña para brindar apoyo a la cabeza y el cuello sin restringir los movimientos respiratorios.
Por otro lado, debe tener un grosor bajo para mantener la columna vertebral alineada. Te interesará saber que existen en el mercado algunas almohadas regulables en altura, como este modelo personalizable de Emma, que acompañarán a los más pequeños durante todo su crecimiento.
2. Material seguro e hipoalergénico
Los tejidos más seguros para un bebé son el algodón orgánico o las fibras naturales, especialmente si son hipoalergénicos y libres de productos químicos nocivos. Esto ayuda a prevenir reacciones alérgicas o irritaciones en la piel sensible del bebé.
3. Firmeza y suavidad equilibradas
La almohada debe ser lo suficientemente firme para brindar soporte a la cabeza y el cuello del bebé, pero al mismo tiempo suave y cómoda para garantizar un descanso confortable.
Evita los modelos excesivamente blandos, voluminosos y también las almohadas cervicales (diseñadas para adultos), porque pueden causar problemas posturales o respiratorios.
4. Transpirabilidad y ventilación
Busca una almohada que permita la circulación de aire y tenga propiedades transpirables. Esto ayuda a regular la temperatura corporal del bebé y previene la acumulación de calor y humedad en la almohada.
5. Fácil mantenimiento y limpieza
Opta por una almohada que sea fácil de lavar y mantener limpia. Las fundas extraíbles y lavables son ideales, ya que permiten una limpieza regular para mantener la higiene y la frescura.
Conclusión
Es recomendable esperar hasta que el bebé cumpla al menos 2 años antes de introducir una almohada, ya que representan riesgos de asfixia y pueden dificultar el crecimiento.
Cuando llegue el momento de usar una almohada, esta debe ser de baja altura, firme, y estar fabricada con materiales seguros y transpirables.
Sobre la autora
Marta es interiorista y experta en el mundo del descanso desde hace más de 10 años. Después de superar sus largas noches de insomnio, trabaja cada día para ayudar a otros a dormir mejor o, como ella dice, a ‘bien dormir’.